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martes, 2 de febrero de 2010

Los corruptos se visten de buen gobierno

Hugo Páez

Más que ridículos, sospechosos, resultan los operativos en antros en los que se descubre, de pronto, irregularidades para hacer clausuras.
La maniobra colectiva en las delegaciones con más concentración de giros negros y antros es una manifestación histérica de las autoridades delegacionales y del gobierno de DF, ante el desvele de una sistemática corrupción agudizada por el endurecimiento de las leyes que impuso la Asamblea Legislativa.
La restricción en horarios de venta de alcohol y cierre de instalaciones solo aumentó las cuotas de corrupción con una derrama de dinero muy funcional para riquezas personales y campañas electorales.
Es una hipocresía con responsabilidad directa en las autoridades del gobierno de Marcelo Ebrard y jefes delegacionales, pero en la que sectores importantes de la sociedad forman parte.
El Bar Bar es un claro ejemplo. Entre los asiduos asistentes se encuentran empresarios, artistas, políticos y destacados deportistas. Todos sabían que los dueños violaban los horarios de venta de alcohol, los horarios de cierre del antro, que se fomentaba la prostitución VIP, y se vendían sustancias ilegales.
Todos forman parte de la misma hipocresía en la noche y algunos se lanzan como críticos contra la autoridad, a la luz del día.
La cultura de la ilegalidad está inmersa en la propia ley que permite arraigos sin orden de aprehensión. Es el caso de funcionarios michoacanos que ocho meses después fueron liberados por falta de pruebas.
El operativo en el que fueron detenidos 10 alcaldes y funcionarios estatales en mayo del 2009, para posteriormente ser arraigados, tuvo un segundo revés al no haber elementos suficientes para soportar el auto de formal prisión.
Desde un principio, hubo elementos suficientes para evidenciar que se trataba de un operativo mediático, bajo la sospecha de favorecer al partido en el gobierno, ya que se realizó un mes y medio antes de las elecciones del 5 de julio.
Algo anda mal en un país donde un jugador de futbol se mete a un antro y le pegan un tiro en la cabeza; donde son liberados 12 funcionarios de Michoacán relacionados con el narco, por falta de pruebas. Donde tenemos la ciudad más peligrosa del mundo: Ciudad Juárez, con 13 jóvenes y 2 adultos ejecutados el domingo.
Donde un grupo criminal, “La Familia” de Michoacán, ocupa el lugar de la autoridad pública, y castiga a los delincuentes del fuero común, exhibiéndolos en la plaza pública.
Algo anda muy mal cuando a los ciudadanos privilegiados de este país, esos que forman el 5% de la población y tienen en sus manos el futuro del país, en mayor ó menor medida, les vale madre la cultura de la legalidad.

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