Hugo Páez
De no representar un auténtico juego democrático, en el que al final todas las partes jalen parejo, sin rencores y con un solo objetivo, el PAN mezcla los ingredientes de una auténtica formula para el desastre que ya fue probada en la renovación de la dirigencia del partido con terribles resultados.
En la victoria de Gustavo Madero los grupos quedaron tan enfrentados que de inmediato la elección del Estado de México pagó las consecuencias con una derrota histórica en la que se mostró el infame abandono del partido a un hombre de primer nivel y de probada rectitud: Luis Felipe Bravo Mena.
Ahora cambian los personajes, sin embargo las mismas formaciones se repiten. Alrededor de Josefina Vázquez Mota gravitan Roberto Gil Zuarh, Jorge Manzanera y la Ex Jefa Patricia Flores Elizondo, y aun cuando el secretario del presidente diga que acudió al informe por invitación, no en apoyo de la coordinadora parlamentaria de los diputados panistas, la estrategia mostró sus primeros puntos la semana pasada y ayer se reveló por completo.
El movimiento confirma a Josefina como el plan “B” de Felipe Calderón, como demostró en su momento que Gil Zuarth era el favorito del presidente para tomar la estafeta del PAN cuando fue rescatado después de ser derrotado por Madero.
La presencia del secretario del presidente, repito, aun cuando jure que es por invitación de quien fuera su coordinadora parlamentaria antes de que lo trajeran como comodín del Congreso a Gobernación, de vuelta a la curul, y posteriormente a Los Pinos, debe ser terriblemente preocupante para Ernesto Cordero, toda vez que Felipe Calderón no da espacios para autonomías en su grupo compacto.
En el otro extremo, si el grupo de gobernadores no opera, como suelen no saber hacerlo -a excepción de Juan Manuel Oliva de Guanajuato- con eficiencia a favor del Secretario de Hacienda, va a pesar mucho la entrada en escena de Vicente Fox Quezada al lado de Santiago Creel Miranda.
Fox tiene arrastre al interior del partido a pesar de “decir tantas pendejadas” como él dice que le reclaman los panistas, sin embargo sus gritos son de coraje por la forma en que el PRI ganó espacios y tiempo al PAN, su ligereza para alabar a Enrique Peña Nieto y a la nueva generación inexistente de priistas puede ser tapada con otra ligereza. Es Fox, denominación de origen desde la legislatura, la gubernatura, la candidatura y la presidencia, ese que le dio la vuelta a la necia posición de “hoy, hoy, hoy”, el que llamó a un grupo de mujeres “lavadoras de dos patas” y el que le sacó partido al “cállate chachalaca” de Andrés Manuel López Obrador.
La formula para el éxito lleva por muchos caminos que pueden conducir al fracaso al menor movimiento en falso, lo que no puede repetirse es la mezcla que falló con anterioridad, y por ahí van.
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