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jueves, 29 de septiembre de 2011

El desastroso padrón del PRI no permite elecciones democráticas

Hugo Páez

         A escasos días de decidir el método de selección de candidato presidencial, el PRI se encuentra imposibilitado para acudir a un padrón de militantes medianamente confiable que pudiera dar validez democrática a una elección en las bases.
Optar por un proceso democrático interno es un proyecto imposible ya que el partido nunca se preocupó por estructurar un padrón que pudiera generar una base de datos de ciudadanos comprometidos con el partido.
         En estos momentos ni siquiera existe algo parecido a un registro de militantes medianamente confiable, ni un seguimiento de reglas para validar quienes son miembros activos, simpatizantes, adherentes o cualquier nomenclatura que haga la diferencia a nivel masivo entre los ciudadanos externos y los registrados.
         El PRI registra Nada a unos cuantos miles de militantes credencializados a partir de identificarse entre si por la permanencia, participación activa o herencia de familia.
         Frente a esta realidad la posibilidad de hacer una elección en la bases es nula, a diferencia del PAN que registra alrededor de un millón y medio de militantes activos y adherentes, por lo tanto, las vías para seleccionar al candidato presidencial se reducen a la elección abierta de ciudadanos, identificados mediante la credencial del IFE, otra opción es la designación de delegados por comités que votan en una Asamblea Nacional o la insaculación de un grupo de notables,  
como fue en el caso del grupo Unidad Democrática (TUCOM) en el 2005 que enfrentó a Roberto Madrazo.
         Cualquiera de las opciones está alejada de un método democrático aplicado a su militancia, simplemente por que en el paso de los años los Consejos Ejecutivos Nacionales no se preocuparon por estructurar una padrón confiable que aglutinara la información en una base de datos. Tampoco hubo reglas que definieran el proceso que deben seguir los que pretendan ingresar al partido en base a cursos y exámenes de la filosofía y estatutos del partido.
         La imposición en las candidaturas a alcaldes, gobernadores, diputados, senadores y presidente de la república, como tradición de partido postergó la implementación de un sistema metodológico que permitiera crear una estructura sólida en las bases y dejara a un lado los grupos clientelares que en su momento funcionaron para presionar. No hubo avance, la derrota un tanto inesperada del PRI en el 2000 los tomó por sorpresa, la amenaza de convertirse en un partido de la chiquillada los mantuvo paralizados los primeros años del sexenio de Vicente Fox y dispersó los ánimos de la cúpula priista hasta llegar a un lejano tercer lugar en el 2006 con Roberto Madrazo Pintado como candidato.
         Hasta el momento nadie se ha tomado en serio la necesidad de ordenar a la militancia, es un trabajo que requiere paciencia, recursos y burocracia de partido con un objetivo netamente empresarial, dejando a un lado el interés político, cuando menos en la tarea que significa el diseño, recolección y procesamiento de la información.
         Aun cuando las administraciones de los partidos son susceptibles de manipular la información por intereses de grupo, una capa de la burocracia debe permanecer como funcionarios de carrera para garantizar integridad en la información. Nadie está exento de errores, el partido mas estructurado en este tema, el PAN, en estos momentos sufre una crisis de credibilidad en el padrón de algunos estados que pretendieron inflar el registro para beneficio de un aspirante. Es el caso de Guanajuato y de Jorge Manzanera Quintana, uno de los operadores mas activos de Acción Nacional que fue pieza fundamental en el manejo de imagen de Felipe Calderón en la elección del 2006.
A Manzanera lo acusan de destrucción y copia de información del padrón, además de contratar a su propia empresa para operar decenas de elecciones en todo el país, sin embargo, el hecho de que los primeros niveles de los comités distritales del partido estén concientes de un manual de operaciones y procesos que especifican los estatutos, permiten el reclamo de otros grupos, y en consecuencia un sistema susceptible de corregirse a si mismo.
Humberto Moreira llegará a la junta de consejo de su partido con opciones reducidas y sobre todo poco democráticas para la militancia, los consejeros tendrán que escoger la vía menos mala para seleccionar al candidato que los lleve al 2012.

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