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jueves, 31 de octubre de 2013

Aun no sabemos cual es la estrategia (contra el crimen) de este gobierno: Obispo de Apatzingán

Hugo Páez

         “No temo por mi vida”, me dice el obispo de Apatzingán Miguel Patiño Velásquez.
         No define su insistente denuncia contra la brutal inseguridad en Michoacán como una lucha, hace lo que tienen que hacer los líderes espirituales, los sacerdotes, en sus comunidades.
         Con un tono de profunda tranquilidad reclama, con toda razón: “Me pregunto, porque no estuvieron presentes los medios (de comunicación) después de que nos asesinaron a cinco sacerdotes (en la diócesis)”, y señala, ahora hay mucha cobertura por los acontecimientos del fin de semana, pero estos terribles problemas del narcotráfico, la extorsión y muerte tienen años de estar ominipresentes en el estado.
         Lo cuestiono sobre la participación de las fuerzas federales: la presencia del Ejército, la Marina y la Policía Federal, responde “La sociedad quisiera mas de ellos, pero en realidad no conocemos su estrategia… y algo sigue muy mal porque continúan apareciendo muertos, cabezas, y las extorsiones”.
         No hace gran diferencia entre el sexenio anterior y este, asegura que cambiaron los modos, las comunicaciones, algunas cosas siguen igual, otras han mejorado un poco, pero otras han empeorado.
         En la plática cito el rechazo del Vaticano a los actos criminales y la condena contra los narcotraficantes al ubicarlos fuera de la Iglesia. Patiño responde que la Iglesia no hace a un lado a nadie, ni a los criminales, por el contrario, hoy vamos a rezar por ellos en una procesión en varios templos que terminará en la catedral de Apatzingán para que regrese la paz a nuestras comunidades.
         Monseñor evoca el Evangelio, cita la parte que dice: busca a un padrino o una madrina en cada sacerdote, ahora yo le digo a la comunidad que apadrine a un hermano que esté en el crimen organizado, que rece para que se convierta en una persona de bien.
Sin embargo no existe duda alguna sobre las atribuciones, sobre el ámbito que corresponde a los sacerdotes. Afirma que los gobiernos deben hacer el suyo, dotar de seguridad a sus gobernados.
Del presidente Enrique Peña Nieto afirma: “Está aprendiendo a ser gobernante, esperemos que lo haga por el bien de su país”.
         Antes de la incursión de las autodefensas en Apatzingán y de los ataques a 18 instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad y la quema de cuatro gasolineras, me referí a la valentía del Obispo Miguel Patiño por la detallada denuncia del trasiego de droga, de la extorsión, los asesinatos y la colusión de los tres niveles de gobierno que publicó en el sitio de la Conferencia del Episcopado Mexicano el 15 de octubre.
Pero como dice el obispo, ahora le dan mucha publicidad, después del terror del fin de semana. En realidad sus reclamos datan de más de dos años, fueron gritos en la soledad que nadie tomó en cuenta. Lloró a sus cinco sacerdotes asesinados y tuvo que cerrar el Seminario de su diócesis.
         El narcoterror en Michoacán ha escalado niveles de insurgencia. Hay responsables con nombres y apellidos en los tres niveles de gobierno. En resumen, la sentencia preocupante de Patiño: aún no sabemos cual es la estrategia de este gobierno.
(audio de la entrevista en http://www.youtube.com/watch?v=7bnE6PfJmIU&feature=youtube_gdata).

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