Hugo Páez
Veo las imágenes de Felipe Calderón Hinojosa y Gustavo Madero Muñoz en Querétaro, confirman la calma forzada. Me dicen que fue un gesto de corrección política, por cierto muy mal logrado, con un ragateo que exhibe la incapacidad del PAN para superar esa adolescencia.
No se trata de intereses políticos, esos existen en todos los partidos y organizaciones, se trata de la capacidad como institución para lograr un proyecto conjunto, como el que no pudo ser en el 2012.
La foto en Querétaro en la protesta del candidato a gobernador Pancho Domínguez es evocadora: Josefina Vázquez Mota al centro, Felipe Calderón y Gustavo Madero a los costados forman la triada que regresó el poder presidencial al PRI, pero de eso ya pasaron más de dos años, y solamente un saludo tibio, a regañadientes, entre el ex presidente de la república y el presidente del partido, señalan la persistencia de la pequeñez en Acción Nacional.
En ese escenario de odios y batallas por las migajas se atrincheraron Madero en el nacional, Jorge Romero Herrera en el DF, Rafael Moreno Valle en Puebla, Guillermo Padrés Elías en Sonora, Francisco “Kiko” Vega en Jalisco, Miguel Márquez en Guanajuato los hermanos Cortés, Isaías y Hernán, los Yunes y Víctor Serralde en Veracruz; Ulises Ramírez en el Estado de México, como en su momento el calderonismo ejerció límites y muestras de incondicionalidad indigna para los aspirantes al club.
El resultado es desastroso.
El PAN puede crecer el 7 de junio, pero hasta el momento la derrota parece inevitable, tal vez con un par de gubernaturas y una jefatura delegacional. Las candidaturas en la capital de la república es un listado de figuras sobrepuestas para bloquear al equipo contrario, en otros casos es de ocurrencia, como la candidatura al vapor de Xóchitl Gálvez, que ante la imposibilidad de un espacio en Hidalgo, llegó a la delegación Miguel Hidalgo sin consolidar trabajo en equipo con quienes hicieron camino al andar Gabriela Salido Magos y César González Madruga.
La historia se repite en Nuevo León, sumada a la negativa de un espacio plurinominal para Margarita Zavala Gómez del Campo, y así la narrativa llena de pequeños beneficios personales y grandes derrotas, en espera de ver el flanco desde el cual se erija la grandeza política para unificar al partido.
MVS y CARMEN ARISTEGUI
Es una pena prescindir de Carmen Aristegui en el programa de radio de MVS. El corporativo de Joaquín Vargas luchó contra viento y marea para sostener un espacio de libertad de expresión durante años. Algunas batallas fueron épicas, recuerdo la de Alejandra Sota desde Los Pinos, otra contra la Secretaría de Comunicaciones y Transportes por el ancho de banda de radiofrecuencias que pretendía requisar la administración federal, sin importar la ausencia de certeza jurídica. En fin, un sinuoso camino que llega a momentos difíciles, donde esa asertividad de lustros podría quedar herida por un diferendo.
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